viernes, 28 de septiembre de 2007

Altruismo

Gracias a todos los que se han preocupado de que no escribiera por aquí, y más aún, que esperaran nuevos escritos. Mil gracias a todos vosotros, los incondicionales, son los que animan a que siga escribiendo.

En primer lugar, explicar el porqué llevo casi un mes sin escribir nada en el blog. Varias razones hay para ellos, pereza, falta de ganas y falta de temas. Lo siento, soy una persona que a veces, y solo a veces, le gusta imprimir ciertos cambios voluntarios a su vida y sacar y meter cosas a costa de no ser tan monótona. No es que leer y escribir blogs se estuviera convirtiendo ya en algo monótono, nada más lejos de la realidad, pero si estaba viendo como sistemáticamente cada vez que encendía el ordenador, lo conectaba a Internet, abría el explorador, mis enlaces favoritos y abría del tirón y de primeras todas las páginas y blogs que solía leer todos los días. Tampoco quiero decir con esto que me haya cansado de leeros o transmitiros mis pensamientos, solo que pensé que sería bueno tomar un pequeño paréntesis en ese sentido.

Y el resultado, creo, pienso, que es una mentalidad algo más reforzada y en óptimas condiciones de volver a transmitir reflexiones personales, o a comprender las que leo. Además, después de haber comprobado en los últimos días que los últimos 7 años de mi vida no fueron en balde y que pueden dar mucho de sí, me gustaría abrir una nueva vía de impresiones, tratadas desde el punto de vista biológico, desde mi más modesta visión propia. Ahí va la primera.

De lo que os quiero leer hoy fue un tema que una gran amiga (gracias AnkSuRa) me hizo reflexionar este lunes pasado… y ya estamos a viernes.

Su afirmación categórica me dejó poco más que impresionado e incapaz de rebartirle: “el altruismo auténtico no existe, porque cada acción que hacemos tiene un fin; al igual que la solidaridad”. Y me dejó incapaz de rebatirle por el simple hecho de que en ese instante mi cabeza quedó inundada de muchas situaciones que a priori corroboraban esa idea. Y desde luego, si nos vamos a RAE y buscamos el significado de la palabra “solidaridad” nos daremos cuenta que es: Modo de derecho u obligación in sólidum. Derecho u obligación… ¿obligación moral a ser solidario? ¿por eso ayudamos a los demás? ¿porque contraemos una obligación moral en hacerlo?. Puede ser, y ahí te daré la razón. En ese caso, mejor que referirnos a solidaridad, una palabra muy bonita, podríamos hacerlo con “Moralidad”.

El significado de “Altruismo” no es tan clarificador: Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio.
Desde el punto de vista sociológico y psicológico, se contempla que el altruismo real no existe como tal, porque es eso, por cada acción que llevamos a cabo, la hacemos con un fin, en este caso positivo: reconocimiento, satisfacción personal, realización, moral, ética, de conciencia… En teoría, el altruismo verdadero se considera a aquel que dicha acción altruista no reporta ningún fin.

Sin embargo, sigo manteniendo que el altruismo desde el punto de vista biológico existe. Solo que su existencia es tan sumamente baja, que apenas podemos contemplar en la vida real. Pero no me estaría refiriendo al altruismo de un padre por proteger a su hijo a costa de si mismo (salvaguardar la descendencia, es decir, la estirpe genética). Incluso no me valdría el ejemplo de un miembro que salva al otro miembro de su pareja en su propio perjuicio (salvar un cuidador parental para su descendencia). O la de un guardaespaldas que sirve de escudo humano a su protegido (simplemente es su trabajo y cobra por ello). No, a lo que me refiero son a acciones innatas, totalmente involuntarias, que aun entrañando un riesgo potencialmente muy alto, la lleva a cabo, para “salvar” a un semejante. De hecho, este tipo de conductas, cuando se les pregunta a su actor el por qué lo hizo, la respuesta suele ser la misma: “No lo se, me vino solo. Si lo hubiese pensado, no lo habría hecho”. Señores, eso si es el altruismo verdadero, y existe, solo que en muy baja proporción, por lo que no lo idealicemos.

Se dice en Biología que el altruismo es una conducta que va en contra de la propia selección natural del individuo en el sentido de que un individuo altruista se expondrá aún a costa de él mismo para salvar a un semejante. Y esta sobre exposición al medio puede provocar su temprana eliminación, junto con ese supuesto “gen altruista”. Es decir, para entendernos, este gen va en contra de la propia supervivencia del individuo, como si de una mutación degenerativa se tratara, haciéndolo más vulnerable a su desaparición. Por ello que el hipotético gen altruista no esté más extendido.
Biológicamente explicable solo existe el altruísmo de especie, por el cual se dice que un individuo estaría dispuesto a sacrificar su vida (es decir, sus propios genes) si ese coste fuese inferior a un hipotético coste potencial de genes semejantes a los suyos. Es decir un individuo que tiene ciertos genes, los cuales comparte un 50% con cada hermano, estaría dispuesto a dar su propia vida a cambio de salvar la de tres hermanos suyos (150% de genes), o de 5 sobrinos, con los que comparte un 25% (125% de genes), o de 9 primos con los que comparte un 12,5% de sus propios genes (112,5% de sus genes). Esto en Biología se le conoce como la "Ley de Hamilton".


Entonces, ¿es que es malo ayudar a los demás por temor a que piensen que lo haces por un fin?. O ¿es malo que la gente te ayude por que pienses que detrás hay un fin?. Pues no, no hay nada de malo, siempre y cuando ese fin, como ya se intuirá, sea positivo. Lo que sí debemos es ser cautos y dirimir entre las acciones altruistas o moralistas que sean con fines positivos o inocuos, de las que tengan fines negativos o perjudiciales a terceros.

Ayuda por el simple hecho de que salga de ti y sin esperar nada a cambio, pues la satisfacción será doble.
No idealices las manos amigas que te tienden, pues un día cuando quieras agarrarte puede que no estén ahí y la frustración te invada.

Saludos.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Por varios dias...

Tan importante y tan normal es expresar las preocupaciones como las alegrías.

Por varios días creí perder el norte. Por varios días creí ser más débil de lo que soy. Por varios días mi cabeza estuvo muy agitada. Y en esos días pude contar con la inestimable ayuda, a veces de urgencia, de dos personas, que me hicieron ver las cosas con otro cristal, arrojar algo de luz. Cuando uno está muy habituado a contrastar opiniones, a buscar siempre una segunda, tercera, etc opinión, resulta vital contar con esas palabras profundas, sinceras, y que sirvan para hacerte ver las cosas de otra manera (o al menos de hacértelas ver...), de no caer en la temida subjetividad o parcialidad. Sabéis quienes sois, y con eso es suficiente. No sabéis cuan afortunado me siento.

Y si, hoy puedo decir que después de varios días, el sol parece que asoma, parece que los espesos y oscuros nubarrones se despejaron gracias a un huracán imprevisto, que desencadenó todos los acontecimientos, y que hizo que hoy, de nuevo, vuelva a salir el sol.


Cuando siempre son acciones los que hacen desencadenar los acontecimientos de manera imprevista...

martes, 4 de septiembre de 2007

La bifurcación

Normalmente, para una persona metódica y racional como suele ser mi carácter, gusta de llevar alineados, parejos, razón y corazón; que actúen sinérgicamente.

El problema viene cuando por circunstancias de la vida, estas dos se desacoplan, se desincronizan. Es como el baile en el que la pareja se descoordina y se pisan o empujan. Al final terminan por tomar dos caminos distintos y sin saber muy bien cual tomar.

El corazon, siempre fresco, más imprevisible, y por ello, con más margen de reacción.
La razón, predecible, más sosegada, en donde siempre 2+2 serán 4...

¿Y si tirara campo a través? pero.. por dónde?

domingo, 2 de septiembre de 2007

25.... va por vosotros!

Hace hoy justamente 25 años empezó mi reloj a contar las horas...

Han sido 25 años llenos de muchas vivencias, de muchas cosas, muchas personas en mi vida...

Quiero agradecer enormemente a esas personas que hoy, a lo largo de estas 24 horas se acordaron de que yo hoy cumplía años y me felicitaron. Que sepáis que con cada Felicidades! leído, dejé escapar una de mis mejores sonrisas. Sabéis la ilusión que me hace que me digáis esa palabra mágica, para mí, el mejor regalo.

No os he podido corresponder con una buena fiesta, como habría sido lo ideal, pero bueno, valga este pequeño escrito para que sepáis lo feliz que me habéis hecho sentir hoy. Gracias!

Nunca una palabra tuvo tanto significado en un momento determinado