Y la cosa va para largo...
xD...
A día de hoy... en menos de dos meses habré hecho ya como unas 7 u 8 entrevistas, y eso habiendo sido riguroso a la hora de buscar ofertas, y de las empresas siendo rigurosas conmigo...
jeje. Lo miras por el lado bueno... si, claro, te vas entrenando, vas perdiendo miedos,
puliendo el discurso
pre-forma que le sueltas al entrevistador, etc... Pero por otra parte resulta innegable que el grado de frustración va creciendo conforme entrevistas se van haciendo... Observas patéticos puestos de trabajo, con un sueldo bastante ... (
dejémoslo en justo), y te tratan con una selectividad como si de entrar en la academia de
OT se tratase... y es que no puedo si no sacar paralelismos entre la nueva moda televisiva de los
cástings, y en lo que se están convirtiendo los procesos de selección de personal para un puesto de trabajo determinado. ¿Quien no conoce
Infojobs? Portal de
Internet archiconocido de búsqueda de empleo bilateral... y además, puedo afirmar que uno de los pocos que son efectivos...
Alli, tras una media hora rellenando hojas, e incluso pegando tu propio
currículum, quedas listo para meterse en su buscador y pinchar en ofertas de trabajo por doquier. Sé
generoso/a con los
clics, que ya en todo caso vendrá la empresa detrás mirándote tus datos y rechazándote o metiéndote en su
enorme saco de candidatos. Ahora toca esperar... esperar lo mismo 24 horas, que un mes o mes y medio a que tu teléfono suene (en mi vida he estado tan apegado a mi teléfono móvil...). Este será tu segundo filtro, después del primero en la propia página
web. Por teléfono te harán una serie de preguntas que darán cierto criterio a tu interlocutor para dirimir y juzgar si tu candidatura y perfil siguen siendo adecuados para el puesto, o si ya te encontró alguna pega... Conciertas una cita para una entrevista personal, a la que no te suelen dar un tiempo mayor de 12 horas en el mejor de los casos (cago en
laaa... y yo con estos pelos!! busca el traje,
currículum...
mierd... sin tinta en la impresora, fotocopiadora cerrada... teléfono... ruegos, sudores...). El caso es que terminas vistiéndote que ni los candidatos a la presidencia del gobierno en pleno debate electoral, carpeta en mano, sonrisa puesta, y los nervios por dentro. Este es el paso más variopinto del proceso de selección: la entrevista puede ser privada o colectiva, en persona o incluso por
videoconferencia, informativa o comprometedora, con una o varias personas, en un hotel, una
empresa consultora, o en la propia empresa. Resulta curioso como en ocasiones, en esa entrevista, tu interlocutor llegará a hablar casi el doble que tú, te contará numerosas
milongas, incluso de su vida personal. La entrevista se puede limitar a un bombardeo de preguntas y anotaciones serias en un papel, o acompañada de una serie de
test psicotécnicos en los que no puedes reprimir la sonrisa irónica que te produce el leer una pregunta que ya has contestado a esas alturas unas 3 ó 4 veces...
Es más, el proceso de selección se puede llegar a eternizar, como ahora mismo me veo inmerso en uno, que para más inri, ni se lleva a cabo en Granada y me obliga a hacer bastantes kilómetros cada vez que me requieren:
después de haberles mandado numerosos e-
mails, e insertar el
CV para esa oferta en muchas ocasiones, un buen día se dignan a llamarte. Como vives lejos de ellos, te convocan para
videoconferencia (
mierd... y yo sin
cam!!). Te compras una, la instalas y haces la entrevista. Pasas el filtro, y deciden que eres apto para seguir con el proceso, para lo cual te requieren ya personalmente para hacer una serie de
test psicotécnicos...(después de hacer la selectividad, exámenes de facultad
maratonianos, carné de coche, inclusive oposiciones, te acuerdas de ellos y los ves como
chorraditas comparado con esto). 2 horas y media haciendo
test, rellenando formularios, pasando otra entrevista, escribiendo tu vida en un papel en blanco, y para postre, un
examen de ingles que piensas que es el que pasan los alumnos extranjeros para su ingreso en
Oxford. A la vuelta más kilómetros. La carretera te hace reflexionar, te replanteas muchas cosas... la duda existencial de si uno sirve para trabajar, y si la respuesta es afirmativa... en qué o en dónde. La historia continua...
¿nos habrá contagiado la moda de los
cástings televisivos?